La fotografía no solo inmortaliza momentos, también puede convertirse en un acto de amor, memoria y reconstrucción. Así lo demuestra el proyecto “Salven les fotos UPV / Recuperar las memorias”, una iniciativa profundamente humana que cuenta desde ahora con el apoyo de la Confederación Española de Fotografía (CEF).

 

En representación de la CEF, María José Tarruella, directiva de la entidad y responsable de Jurados, ha visitado la Universidad Politécnica de Bellas Artes de Valencia para formalizar la firma de un contrato de colaboración con este proyecto, cuyo objetivo es rescatar recuerdos fotográficos dañados por la DANA, devolviéndolos a las familias afectadas.

 

 

Gracias a la generosidad de quienes participaron en el Concurso Benéfico Dana de Valencia, se ha logrado una aportación de 2.243,42 €, destinada íntegramente a apoyar esta iniciativa. Una muestra clara de cómo la comunidad fotográfica se moviliza cuando más se necesita.

El proyecto está dirigido por Pedro Joaquín Valiente Mullor, Esther Nebot Díaz y Pilar Soriano Sancho, y cuenta con la implicación de 130 alumnos y becarios, cuya dedicación es clave para que miles de imágenes familiares puedan volver a respirar. Sin su trabajo paciente y comprometido, esta labor de recuperación sería sencillamente imposible.

 

Durante la visita también estuvo presente Juan Miguel Esteve, presidente de la Federación Levantina de Fotografía (@felefoto). El director del proyecto explicó con todo detalle el delicado proceso de recuperación: desde la recepción de álbumes y fotografías sueltas, el primer cribado y la anotación de fechas y secuencias cronológicas, hasta la selección, lavado, secado y, finalmente, la colocación de las imágenes en un sencillo álbum que vuelve a manos de las familias.

 

El impacto emocional es enorme. En muchos casos, las personas apenas pueden abrir sus álbumes al recibirlos. No son solo fotos: son historias, vínculos, ausencias y reencuentros.

Hasta la fecha, se han recuperado 350.000 fotografías, y el proyecto prevé su cierre en enero, culminando con una charla online en la que se compartirán experiencias, aprendizajes y reflexiones surgidas de esta labor única.

Este proyecto es un ejemplo inspirador de cómo la fotografía trasciende lo visual para convertirse en una herramienta de memoria, resiliencia y esperanza. Porque hay imágenes que no solo capturan recuerdos… también los salvan y los devuelven a la vida.